Las fincas dedicadas a la cría de ganado bravo suelen ser de secano o estar próximas a las marismas y siempre con abundantes pastizales. Se denominan dehesas y en ellas pastan, en zonas distintas y diferenciadas de la misma, los animales que componen la ganadería: los sementales, toros dedicados en exclusiva a la monta y la reproducción; las vacas de vientre, dedicadas a la cría de bravo, cuyo conjunto constituye la vacada; los recentales y los añojos, crías de distintas edades, apartados o no de sus respectivas madres; y los toros de plaza o de muerte, que conforman la torada. Los cabestros o bueyes, toros castrados y domesticados, acompañan al ganado bravo y ayudan al personal de la ganadería en las conducciones, encierros, apartados y enchiqueramientos. Del personal de la ganadería destaca el mayoral, o jefe de todos los demás: vaqueros, novilleros, cabestreros, pastores y zagales (mozos que ayudan al mayoral arreando las caballerías). Los vaqueros y novilleros se sirven para realizar sus trabajos, que se realizan a caballo, de la garrocha, una vara de unos tres metros de longitud, con una pequeña puya en su extremo, útil para dirigir y manejar al ganado. Los ganaderos llevan un registro genealógico en el que consta cada res con su fecha de nacimiento, nombre de la vaca y el semental de que proceden, su nombre, la pinta, el número, los datos del herradero y de la tienta y por último, si es semental o vaca de vientre, su descendencia y si fue toro de muerte, su comportamiento en la plaza.
martes, 18 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario